Este artículo fue contribuido por PsychoSocial Media.
Algunos de nuestros pensamientos no son tan sanos ni beneficiosos. Los pensamientos, en su mayoría, llegan tan rápido que no somos conscientes de cuando se desarrollan.
Cuando estos pensamientos automáticos se desarrollan y nos causan daño, es cuando son problemáticos. Este fenómeno se conoce como pensamientos intrusivos.
Los pensamientos intrusivos pueden tener raíz en condiciones de salud mental, como la depresión, la ansiedad, o la psicosis. La depresión y la ansiedad van de mano y mano a menudo, pero no siempre.
Los pensamientos y la depresión
Cuando sufrimos depresión, un pensamiento intrusivo puede tomar forma de algo negativo sobre nosotros mismos o lo que estamos enfrentando. Un ejemplo de un pensamiento sobre nosotros es: “no soy bueno para nada, siempre soy un fracaso total.” Unos pensamientos intrusivos sobre lo que enfrentamos: “Siempre me van mal las cosas.” “Nunca me pasan cosas buenas. ¿Para qué intentarlo?”
Cuando los pensamientos intrusivos se vuelven más severos, podemos ver una pérdida de esperanza. Un ejemplo sería un pensamiento intrusivo como: “¿para que sigo viviendo si no valgo nada? Todo estaría mejor si ya no estuviera vivo.” Este tipo de pensamiento es severo y debe tomarse con mucha seriedad. Puede ser una indicación de depresión severa. Si estás en crisis, puedes llamar a la línea Nacional de Prevención del Suicidio al 1-888-628-9454.
Los pensamientos y la ansiedad
Al igual que la depresión, a veces los pensamientos intrusivos son causados por ansiedad. La ansiedad no es igual que los nervios. La ansiedad provoca preocupaciones excesivas y frecuentes en los individuos. Algo tan simple como: “Me levanté un poco tarde. Voy a llegar muy tarde al trabajo. ¡Me van a correr del trabajo! ¿Como le voy a hacer para la renta? Me voy a quedar sin hogar.” En este ejemplo, los pensamientos intrusivos son excesivos y basados en una preocupación pequeña, que después fue magnificada.
Otra representación de ansiedad se encuentra en la repetición de pensamientos negativos. Es repetir varias veces el mismo pensamiento sin poder detenerse: “Me van a correr. Me van a correr. Me van a correr.” Este tipo de pensamientos se llama pensamientos obsesivos.
Los pensamientos y la psicosis
La psicosis es una condición que afecta la mente, donde ha habido alguna pérdida de contacto con la realidad. En la psicosis, una persona puede ver o escuchar cosas que otras personas no ven ni escuchan.
En la psicosis, los pensamientos intrusivos se pueden tratar de la paranoia—por ejemplo: “Los extraterrestres me están persiguiendo.” También se puede sentir que no está viviendo en la realidad.
Estos pensamientos son problemáticos para una persona cuando le dan miedo o cuando interfieren con la vida cotidiana.
Las condiciones psicológicas, como la ansiedad, la depresión, y la psicosis, son comunes y se pueden tratar. Una prueba de ansiedad o una prueba de depresión puede ayudarte a determinar si estás en riesgo de estas condiciones.
Espero que este artículo te haya servido para conocer más sobre los pensamientos. Desmitificar los pensamientos intrusivos, ya sea por ansiedad, por depresión, o por cualquier forma de psicosis, es un paso muy importante para ayudar a reducir el estigma que existe sobre la salud mental y la terapia.